Cena mexicana inspirada en Como agua para chocolate

Una vez cruzado el umbral de Presa 97, inicia la magia. Pero ¿qué hay detrás de ella? Sencillo, una chispa. En esta ocasión, el fruto de ese primer destello pudimos compartirlo con invitadxs especiales en una cena mexicana con dramatización, inspirada en el libro Como agua para chocolate, de Laura Esquivel.

En este blog te ofrecemos un recuerdo de la noche del 13 de septiembre, la cual se ha convertido rápidamente en una de nuestras favoritas.

La chispa: Club de libros, cine y gastronomía

Sin duda alguna, las mejores cosas de la vida son las que se hacen desde el cariño. Por ejemplo, el Club de libros, cine y gastronomía nació de la pasión por la lectura de nuestra guía y amiga Gabi Montero. Ella es mediadora de salas de lactura y ha demostrado un compromiso enorme con la comunidad al crear espacios seguros en los que todas las personas pueden reunirse a comentar buenos libros y conocer nuevxs amigxs.

Con la intención de hacer algo distinto a las demás propuestas que ya existían en Guanajuato capital, Gabi y el equipo de Presa 97 formamos una mancuerna que une varios de nuestros pasatiempos preferidos: la lectura, el cine y la comida.

Para nuestro quinto ciclo leímos Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, ganador infalible de la encuesta que hicimos en el grupo de WhatsApp del club. Luego de cuatro sesiones híbridas, en las que tomamos mucho té y nos enamoramos del Dr. Brown, no sin antes compararlo con Mr. Darcy (de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen), sabíamos que los sentimientos que causó el libro no podían quedar ahí. Esta novela nos permitió conectarnos con su manera de plasmar la tradición culinaria de México, capaz de tocar el alma; con la manera de demostrar que la pasión, en lugar de quedarse en una idea, puede desarrollarse en acciones importantes. Entonces, decidimos que nuestro club de libros no debía quedarse en una conversación, merecíamos más.

Ésa fue la chispa que necesitábamos: ver el cambio en la mirada de lxs asistentes del club, nos movió a querer atrapar los sentimientos que acabábamos de leer. Desde la concepción de la idea, deseamos entregarle algo bello a nuestra comunidad.

La idea: Ale Gutiérrez y Marla Argüelles

Cuando creamos eventos especiales en Presa 97, buscamos dos cosas: ser fieles al material que nos inspira y ofrecer la calidad que nuestros invitados se merecen. Por ello, para los primeros trazos de esta aventura leímos el libro y pusimos sobre la mesa las preguntas más importantes: ¿Quiénes serían nuestras aliadas? ¿Con qué herramientas contábamos para elevar el nivel de esta experiencia? ¿Cómo podíamos tomar un pedacito de la historia y traerlo a la vida? Poner unas cuantas preguntas aquí es un resumen no tan fiel a la realidad de las juntas que nos llevaron a crear una experiencia completa. Sin embargo, como todo, fueron un excelente punto de partida.

Este momento de la historia de la casa fue hecho con base en colores. Colores que llenaban la visión que Ale Gutiérrez, gerente de la casa, tenía para dar esos primeros pasos. Confiamos en ella y en su estilo para esbozar el aspecto logístico del evento: cómo se vería el acomodo de las mesas y el escenario, qué colores usaríamos para la vajilla, incluso el minuto en el que una persona haría esto o aquello durante la cena. Fue también ella quien supo quiénes eran las aliadas perfectas para traer esta experiencia a la casa. Entonces, partimos de la idea de Ale para crear la magia de nuestra cena mexicana.

Una vez que tuvimos claro nuestro concepto, fue momento de presentárselo no sólo al club, sino al público de otras ciudades de Guanajuato para que se animara a disfrutar del espectáculo con nosotras. Ése fue trabajo de Marla Argüelles, community manager de Presa 97. Su tarea consistió en encontrar la conexión entre el libro, las ideas de Ale, las de las aliadas y la esencia de la casa para formular la estrategia de diseño, marketing y promoción que dio a conocer el evento. Nos importaba, sobretodo, que lxs futuros asistentes supieran, en algún nivel, que cada color, cada silueta, cada detalle estaba pensado y creado especialmente para ellxs. 

Las aliadas: Gabi Montero, Cine la Mina, Marina Victoria y Violeta Magaña

El nombre del club lo dice claramente: cine, libros y gastronomía. Guanajuato ofrece, en definitiva, mucho talento para colaborar en estas áreas, pero creemos firmemente que nuestra cena mexicana fue un éxito gracias a que colaboramos con las mejores mujeres de la ciudad. Su talento, su esfuerzo y su dedicación son evidentes en la creación de esta magia. Aprovechamos entonces este espacio para reconocer el trabajo que hicieron y el apoyo que nos brindaron Gabi Montero, el equipo de Cine la Mina, Marina Victoria y Violeta Magaña.

Viernes 6 de septiembre, Noche de cine con Cine la Mina: Para disfrutar de los eventos de clausura del quinto ciclo de nuestro club, consideramos que lo mejor sería dividir las partes que lo conforman en tres momentos. Uno, el club; dos, la noche de cine; y tres, la cena mexicana. Era importante para nosotras que cada detalle se pudiera disfrutar en el momento ideal. Así que nuestra noche de cine sucedió el 6 de septiembre en compañía de Cine la Mina. 

Esta proyección se identificó por la calidad del trabajo de la equipa minera que nos acompañó. Como ya es usual al colaborar con ellas, la noche nos permitió disfrutar de la adaptación de 1992 de Alfonso Arau como se debe. Creemos que la esencia de la casa, con sus paredes llenas de historia, creó una atmósfera idónea para ver la película. Sin darnos cuenta, realmente de lo que pasaba alrededor, nos embarcamos en un viaje hacia el México de la Revolución, en el que, desde los ojos de Laura Esquivel, la comida cobraba vida y los personajes se entregaban a sus sentimientos.

Menú inspirado en Como agua para chocolate, creado por Marina Victoria, de Cármina: Mariana Victoria, además de ser una artista multifacética, es una chef cuya personalidad divertida y genuina se refleja en cada detalle de lo que hace. Uno de los aspectos que identifican su arte culinario, tanto en Cármina como en el menú que creó la nuestra cena mexicana, es que se inspira en la tradición y le da un toque de modernidad. La versión de los platillos que nos presentó la noche del 13 de septiembre fue fiel al libro; y sin embargo, pudimos descubrir entre sus sabores que ella es intuitiva en su cocina, detallada y entregada. 

A pesar de que no corrimos por las colinas, como lo hacen los personajes en el libro, sentimos una especie de ligereza hermosa y completa después de cada bocado. Si hasta ese momento no conocíamos en amor, en definitiva, Marina nos hizo experimentarlo por primera vez.

Monólogo inspirado en Como agua para chocolate, ideado por Gabi Montero y escrito por Ale Gutiérrez y Marla Argüelles: La mente de Gabi Montero no trabaja de formas misteriosas, trabaja de formas artísticas. Era evidente desde que creamos la encuesta para escoger el libro que leeríamos, que Gabi era una gran admiradora de la novela de Esquivel. Entonces, después de leerla nosotras, consultamos con ella para saber cuáles eran los momentos cruciales que deberíamos incluir en el monólogo; sobra decir que no nos decepcionó. 

Evidentemente, no era viable contar la historia completa del libro durante la cena. Tomaría demasiado tiempo y no le hubiéramos podido hacer justicia. En cambio, después de la asesoría con Gabi, Ale inició la escritura de los bocetos del monólogo. Poder resumir una trama tan rica y completa en 4 monólogos de 6 minutos fue un verdadero reto. Sin embargo, se logró. Posteriormente, fue tarea de Marla corregir y editar el texto para que tuviera la forma final que nuestros invitados escucharon y vivieron durante la cena mexicana.

Teatralización del monólogo, interpretado por Violeta Magaña: Actuar podría decirse fácil, pero esa naturaleza camaleónica que identifica a Violeta Magaña no es sencilla de expresar. Detrás de sus gestos, movimientos y voz pudimos observar cómo se desarrolla su arte. Para conocer a Violeta, debemos saber que es egresada de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana, donde inició su formación actoral bajo la tutela de Alonso Echánove y Silvana Santibáñez. Además, su dramatización del monólogo demostró que su talento es innato, único y cautivador.

Cena mexicana y teatralización inspirada en Como agua para chocolate, de Laura Esquivel

Por último deseamos agradecerte a ti, lectorx; a ustedes, invitadxs a la cena. Nos quedamos con buen sabor de boca después de una experiencia como ésta. Aún nos sentimos correr por los pasillos de la casa en busca de una servilleta más o de una copa perdida, pero nos sentimos satisfechas también. No sucede todos los días ver frente a nuestros ojos, de forma tangible, un pedacito de nuestra imaginación. Esperamos poder volver a compartir este sentimiento con ustedes. Mientras tanto, disfruten un buen libro por nosotras.

Por: Marla Argüelles

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